En la edad fértil, esta infusión regula los níveles de estrógenos, por lo que alivia algunas de las molestias propias del síndrome premenstrual, como los calambres uterinos, el exceso de volumen y la irritabilidad.
Tras la menopausia sigue siendo todo un acierto tomar esta tisana, ya que ayuda a mantener el colesterol a raya, que suele aumentar debido a la pérdida gradual de estrógenos en esta etapa.
Se puede tomar caliente o fría, se prepara añadiendo una cucharadita de los pétalos secos de esta planta – se compran en los herbolarios, ya que no todas las variedades son aptas para su consumo por vía oral – por taza de agua hirviendo, endulza al gusto.